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Nací en Palencia en 1960. Ejerzo la docencia en un Instituto de Elche como profesor de Historia del Arte e Historia Contemporánea. He escrito algunos libros y me gusta leer. Participo en diversas actividades literarias. No soy un crítico: lo que pongo aquí son algunas impresiones muy breves sobre lo que leo. No pretendo más. Gracias por visitarme.

sábado, 18 de febrero de 2017

QUERIDO MIEDO, Jesús Zomeño

   Desde que Salinger escribiera aquello de El Guardian entre el centeno, y, años después,  se convirtiera en libro de culto, hay muchos que han intentado escribir las peregrinas y transgresoras historias de un adolescente desorientado que busca en el sexo, en el alcohol y en los ambientes marginales de nosequé gran ciudad su propio rumbo en la vida, etc, etc. 
   Tanto ha proliferado el género, que es una tarea más que arriesgada ponerse a escribir ahora historias malditas y que no suenen a tópico. En nuestro país, Umbral dio a la luz Mortal y rosa: un auténtico monumento. Pero es que, claro, don Paco escribía como los ángeles.
   Por ello, comprenderán ustedes que tomé estos relatos con cierta prevención. Pero también con interés, por dos motivos. Primero, los relatos de Zomeño sobre la Primera Guerra Mundial me habían gustado. Segundo, la mención que hace a Rock Ola me resultaba cercana, ya que mi hermano Pepo fue uno de los que montó ese mítico local de la movida de los ochenta en Madrid.  
   Y he de decir que Jesús Zomeño, a mi parecer, sale muy bien parado de este arriesgado embite. Sus relatos son fuertes, explícitos, nada complacientes, pero además rezuman sabiduría, ideas de fondo que calan, frases (muchas he subrayado, pero no ha lugar en este espacio) que condensan toda una lección de vida quizá sin pretenderlo.
   Y eso es lo mejor para mi gusto. Sus historias están tejidas de autenticidad por los cuatro costados. No hay pose, no hay retórica. Esto se denota, por ejemplo, en un estilo parco, conciso pero denso. 
   Nuestros veinte primeros años han quedado como colgando en nuestra vida. Hubo amores, pero amores prohibidos, extraños, secretos, inalcanzables. Amores retratados en estos breves relatos con la maestría y el realismo suficiente para que todos, quien más quien menos, nos encontremos en ellos y sintamos en nuestro interior esa herida de la juventud que, maldita sea, nunca acaba de supurar.

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